LA INSTRUCCIÓN EN LA FINALIDAD EDUCATIVA

La Educación como fenómeno universal, dinámico, multidisciplinario, multifactorial; ha sido objeto de muchos estudios, algunos enfocados a su origen, sus leyes, sus metodologías, sus herramientas, su ética, su evolución, sus debilidades y sus fortalezas. Es así como su definición recibe influencia de múltiples enfoques los cuales buscan desde sus lineamientos dar un concepto a este fenómeno. Tratando de tomar algunos rasgos de definiciones encontradas, se puede establecer que la “educación” es el conjunto de acciones encaminadas a formar al ser humano en diversos  ambientes como el  social,  político, cultural, ético y moral, entre otros; teniendo en cuenta que esta formación se inicia con la existencia de cada persona y en el transcurso del crecimiento se torna de manera particular, ya que todos los seres humanos empiezan a presentar características diferentes las cuales se determinan por sus ideas y su creatividad; y estas precisamente se desarrollan con mayor relevancia en la etapa de la niñez. Los seres humanos a diferencia de los otros seres, en su formación se desvían de las conductas que adquieren de manera natural por influencia o por imitación a otros; ya que la actuación del ser humano está impulsada por el sentido de una razón y una emoción. Podemos traer el siguiente concepto que enmarca una diferencia entre los seres humanos de los demás seres naturales, confirmando el sentido de la razón en su formación: “Existe así una conformación de su naturaleza, fruto de agentes extrínsecos que deciden su modo de ser y de obrar. Dejado en su ambiente propio, el animal crece naturalmente según su especie. En el ser humano, por contra, lo natural es precisamente trascender su ambiente dado, ir más allá de las influencias recibidas; y esto se debe al sentido inmanente de su crecimiento, fruto de su naturaleza racional” (Naval, C., y Altarejos, F.,2000)[1]

Así mismo desde la antropología se puede encontrar la afirmación de algunos autores que resaltan que la educación es una praxis [2] donde como mínimo se aprenden informaciones, actitudes y hábitos, esta práctica educadora supone, desde luego, una naturaleza biológica proporcionada por un código genético; pero, sobre todo, implica una civilización a transmitir, es decir, una comprensión de lo humano.

Por su parte los conceptos de Enseñanza e instrucción aunque son términos que se relacionan en el ámbito educativo pueden diferenciarse determinando que el primero permite desarrollar conocimientos, dominar el procesos comunicativos, la didáctica, las estrategias y las técnicas educativas; una definición bastante sencilla de enseñanza se establece como: “enseñar es permitir que dos personas sepan lo que al principio sabía una sola (Edwards y Mercer 1988)”[3]

el segundo término se enfoca principalmente en procesos de transmisión de información de forma programada y esa información se relaciona con conocimientos concretos, la Real Academia Española de la Lengua define la Instrucción como “el caudal de conocimientos adquiridos” y tomándola como la acción de instruir se relaciona con el proceso de “comunicar sistemáticamente ideas, conocimientos o doctrinas” o como lo resalta el documento La noción de educación es: “el aprendizaje que se realiza por acumulación ordenada de conceptos, al que tiene lugar mejorando la inteligencia del aprendiz” (Naval, C., y Altarejos, F.,2000).

Teniendo en cuenta esto se puede concluir que la instrucción y la enseñanza son acciones fundamentales en la educación relacionadas directamente con el transmitir conocimientos y la forma de cómo se transmiten estos conocimientos y la educación va mas allá de estos procesos ya que consiste en humanizar y por medio de la educabilidad como sinónimo de humanismo, nos podemos aproximar a la perfectibilidad del ser humano. Para el caso de los docentes y pedagogos es buscar no solamente que los estudiantes adquieran conocimientos específicos y crecimiento personal con saberes e incremento del intelecto, sino principalmente encaminarlos a una búsqueda de ser cada ves mejores seres humanos como lo plantea el autor: “La educabilidad, entonces, no está determinada sólo por lo que se ha llamado el desarrollo intelectual de los estudiantes; depende de condiciones culturales que determinan el sentido que tienen el lenguaje, los métodos y los contenidos escolares para los estudiantes” (Pinilla 1999, p. 216) [4]

 

“La educación es la evolución armónica y progresiva de las diversas facultades humanas de un modo integral.” 

Edith Stein

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[1] Naval, C., y Altarejos, F., La noción de educación. En: Filosofía de la educación, Eunsa, Madrid, 2000, pp. 19 – 48.

[2] Término procedente del griego "praxis", que viene a significar acción, realización, y que se suele traducir por actividad prácticag

[3] Edwards, D. y Mercer, N. (1988): El conocimiento compartido. Madrid / Barcelona, Paidós-MEC.

[4] PINILLA Pacheco, Pedro Antonio. Formación de educadores y acreditación previa.  Santa Fe de Bogotá. Universidad Autónoma de Colombia. 1999. 356 p.